Encerrar tu alma en una jaula, tirar la llave al vacío y
llorar sobre el precipicio, balanceándote al ritmo del viento, que tus lágrimas
se confundan con la lluvia. Estar sola y desesperada, solo intentas encajar,
pero eres la pieza defectuosa del puzzle.
Invisible ante los demás disfrutas sola del silencio,
sientes como te encojes cada vez más y más hasta desaparecer. Tu mirada denota
dolor y cansancio, ¿acaso no lo ven?
Te hundes cada vez más y más, estás en un
laberinto sin salida y tu corazón dejó de latir hace mucho tiempo.
Te caes, y levantas sin ayuda, la sangre recorre tus
brazos y piernas, ya te cansaste de luchar. Ahora solo quieres qué alguien te
abrace y te diga que todo saldrá bien.
Pero entonces te mentiría, sabes que solo son frases disfrazadas,
intentos de mantenerte a flote pero siempre a la deriva. Navegar sin rumbo
fijo, perdiendo las esperanzas ante un nuevo día.
Ante tu salvación, muriendo en silencio.
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