Los años pasan inexpugnablemente por todos y cada uno de
nosotros, sin remedio. No hay que temerlos ni huir de ellos, sino afrontarlos
con orgullo y sabiduría. Cada año que paso contigo me sabe solo a unos minutos. Me gustaría vivir eternamente, respirar tu aire y sentir tu pulso y tu corazón
mil siglos más.
Pero sé que es imposible, por eso solo deseo disfrutar mi
perecedera vida junto a ti.
No hay regalo que pueda solventar mi deuda eterna
contigo, aunque viviera mil años. Solo puedo ofrecerte mi corazón, tómalo y
guárdalo para siempre.
Muere remisamente quien no viaja, quien destruye su amor propio. Muere
remisamente quien se transforma en esclavo del hábito, quien evita su remolino
de emociones. Muere remisamente quien no se permite, ni siquiera una vez en su
vida, huir de los consejos sensatos…
¡Vive hoy!
¡Hazlo hoy!
¡NO TE
IMPIDAS SER FELIZ!
No hay comentarios:
Publicar un comentario