Rêves de Papier et Cauchemars d'Acier.

domingo, 22 de septiembre de 2013

Equilibrio.


Saber que alguien te quiere, te ama… tal y como eres tras las murallas de tu habitación produce una sensación tan agradable y reconfortante.

Un ente vagando por el mundo adora tu cabello enmarañado recién levantada, tus ojeras marcadas y tus sonrisas ladeadas cuando algo no va bien.

Él está ahí, observándote… preparado para cuando caigas. Te observa desde la distancia, una distancia prudente pero certera como para divisar tu sonrisa mientras te deshaces del abrigo y lo  lanzas sobre tu mochila, tus mejillas sonrojadas por el desolador frío del invierno y tus ojos llenos de vida que le buscan entre la multitud.

Aun puedes cerrar los ojos y sentir sus labios sobre los tuyos, aun puedes percibir su aroma entre las hebras de tu cabello despeinado. Pero… ¿por qué conformarte con míseros recuerdos si tan solo está a unos metros de ti?

Estáis conociéndoos, aprendiendo el uno del otro… sabéis algunos de vuestros sueños y secretos, jamás llegareis a conoceros del todo, pero eso, a ti al menos, no te preocupa. Jamás has llegado a conocerte a ti misma por completo, él no será la excepción. Sin embargo, aunque nunca os conoceréis completamente os seguís apreciando, queriendo… amando.

Vuestros ojos siguen colapsando como el primer día, con su brillo característico, seguís buscándoos, las sonrisas siguen delatándoos.

Es hermoso como el primer amor te cambia la vida, al menos su percepción. Todo parece menos horrible, menos injusto… algo brilla entre tanta Oscuridad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario