Rêves de Papier et Cauchemars d'Acier.

sábado, 31 de enero de 2015

El sentimiento del cambio.


REVOLUCIÓN (Gonzalo Arango)

Una mano

más una mano

no son dos manos

Son manos unidas

Une tu mano

a nuestras manos

para que el mundo

no esté en pocas manos

sino en todas las manos




Hoy hemos comido con Pablo Iglesias. Es más he tenido el honor de sentarme a su lado, aunque desafortunadamente no ha podido disfrutar de la lasaña casera de mi madre como hemos hecho los demás.

Hacía frío pero allí estaba Sol, repleta de ilusión y de los sueños de todos los españoles que anhelamos el cambio. No quiero repetir sus palabras, ni las de Íñigo ni Carolina ni Juan Carlos…ni las  de todos los que han tomado la palabra. Porque no hay mejor manera de expresarlo que como lo han hecho ellos.


La esperanza y el orgullo que despiertan en todos los hogares no tienen límites. Han llamado a nuestras puertas y nos han devuelto la dignidad.

Recuerdo el primer día de Plaza Podemos, acababa de hacer la matrícula de mi primer año para la universidad, llegué a casa y abrí el ordenador. Un nuevo mundo se mostraba ante mí: nuevas ideas, nuevas gentes, nuevos desafíos… y sobretodo un nuevo cambio que haría tambalear todo lo que conocíamos.

Espero que el día de hoy forme parte de los libros de historia de mis hijos. Que  algún día admiren el poder de la gente,  que recuerden las lágrimas y las sonrisas del pueblo, y que se enorgullezcan de la pasión y el fervor de cientos de miles de ciudadanos.

Formo parte de una nueva generación dividida por una gran brecha que en muchos casos parece insondable, a esa brecha suelo llamarle política. Hay quienes no tienen la menor intención de arreglarla, ni siquiera de buscar una alternativa para poder cruzar a la otra parte. No les culpo, nos han educado así. Nos han engañado desde las altas esferas y no puedo culpar a mi gente por dejarse traicionar. Los yugos de la mentira son hábiles, la política no es cosa de jóvenes nos han dicho. Es demasiado complicado…

Sin embargo hay quienes queremos construir un puente, buscar un atajo, cavar un túnel… para llegar al otro lado, para nada más ni menos que luchar por nuestros sueños, por la dignidad que han arrebatado a nuestras familias y por la igualdad de oportunidades en un mundo cada vez más corrompido y voraz.

Y eso es lo que todos, en Podemos, buscamos. Con nuestras herramientas, cooperando, trabajando unidos y en armonía estamos construyendo  ese puente de madera. Para que se nos devuelva lo que es de todos: la democracia.


domingo, 11 de enero de 2015

Juegos de adultos.



Y de un chasquido la vida ha perdido su sentido.

Ha vuelto el sentimiento de ansiedad y aprensión del que me había desprendido hace unos años, las dudas, la incertidumbre. Ese miedo a lo desconocido, al futuro…que no ha hecho más que agrandarse en el transcurso de los años y que, ahora, ataca con más voracidad que nunca.

Veo el futuro acercarse y ninguna constante cerca a la que aferrarme. Observo infinitos trayectos de tren en mi vida, infinitas dudas en una chica infinita que no hace otra cosa que sentirse desconsolada, triste y sola.

Temerosa de dejar ir un pasado que me tiene completamente maniatada. Más al mismo tiempo quiero experimentar cosas nuevas, pero no en la soledad. La soledad me matará, tarde o temprano acabará conmigo.

¿Tan difícil es de entender que le necesito? ¿Qué él podría ser mi constante si juego bien mis cartas?

Mi futuro no sería tan malo si él estuviese a mi lado, al otro lado de la cama o en la cocina prefabricada del arrendado apartamento de una gran ciudad.
Un rostro conocido del pasado que me acompañe hasta que la muerte me llame a declarar todos mis pecados y delirios.

Que se lleve la ansiedad que empieza a instalarse de nuevo en mi pecho como si estuviese decidiendo cual es el mejor lugar en el que colocar los muebles desvencijados de tantas idas y venidas.
Quiero explorar, aprender, experimentar…pero con él a mi lado. No puedo enfrentarme al mundo sola ¿eso me hace débil? Puede ser, pero el temor por lo desconocido no se ha marchado todavía, así que dudo que alguna vez lo haga.

¿Por qué la muerte ha vuelto? ¿O la falta de oxígeno?

¿Nada de lo que hago tiene sentido? ¿Por qué todo ha perdido su esencia?

Quizás no es que lo haya perdido sino que yo no puedo verla, o no quiero verla, a estas alturas ya no sé cómo actuar, cómo ser…
Me he perdido y no sé encontrarme, los demonios han vuelto y no quieren irse, no quieren irse joder.
Y me siento tan sola en este mundo globalizado, tan ilusa, dependiente. Observando como todo el mundo ha encontrado su sitio, ha tenido el valor, tarde o temprano, de irse, de crear una nueva etapa en su vida, y yo no me veo lista, no me siento preparada.


Puede que esto solo sean palabras de una joven que se siente atemorizada ante el nuevo comienzo que su vida empieza a tomar, esa edad adulta que todos anhelamos, que yo anhelaba y ahora más que deseo por empezar solo siento temor e incertidumbre ante un mundo que me devorará sino juego bien su juego.

domingo, 4 de enero de 2015

Tardes de café



Me siento, en un bar de mesas azules, vacías, de conversaciones seniles que me observan con asombro. ¿Qué hace esta muchacha aquí? Eso mismo me pregunto yo; escribir. Supongo que es la respuesta.

Tomando café, cosa que he detestado hasta hace poco, pero que ahora me hace sentir viva y algo más cerca de mis sueños.

El siguiente sorbo no quema mi lengua, sin embargo el sabor se me torna amargo, como suele sucederme con la vida.

A este momento solo le faltas tú. Tú y tus sonrisas, tus manos por debajo de la mesa y tu mirada desnudándome bajo mi camisa púrpura de encaje. ¿Dónde estás qué me faltas?

Al igual que otras tantas cosas, que no es que me falten, sino que se han desvanecido en la nada y no me han avisado…