Faltan pocos días para cerrar el que ha sido sin duda el mejor año de mi vida.
Mi madre siempre dice que los recuerdos bonitos hay que llevarlos cosidos al corazón, para que no se pierdan.
Y que los malos momentos hay que llevarlos cogidos de la mano. Arrástrandolos por los andenes, caminando sobre la lluvia.
Ha sido un año de principios y finales, de vuelos inacabados y de promesas eternas. De sonrisas, de pocas lágrimas. De muchos besos y caricias.De ti, de mi, de nosotros y vosotros.
Sonrió al darme cuenta de cómo la Navidad me ilumina, trae horas de dulzura e infancia de nuevo a mi memoria.
Al igual que me trae nuevas expectativas e ilusiones...
No importa la edad, los sueños rotos, las sonrisas perdudas, no. Es Navidad, una mera fecha que nos hace reflexionar y buscar a la esperanza entre las estrellas heladas.