Rêves de Papier et Cauchemars d'Acier.

domingo, 4 de mayo de 2014

Era...


Adara era la chica de las camisas anchas y las sonrisas estrechas. Maquillada a base de inseguridades resguardándose de sus demonios. Era de mente fría pero de sueños eternos, inalcanzables… y bonitos.

Temperamental, con un fuego quemándole la garganta y una mirada cubierta de una falsa seguridad.

Se negaba a estar rota, rechazaba romper a llorar y rehusaba vivir entre utopías.
No había desgana en su rutina, sino un anhelo de algo más. Una búsqueda.

Un amor verdadero entre sus brazos o un intento de para siempre entre sus pecas. La desaparición del temor y el anhelo de sus besos.

Adara era un entresijo de dudas e incertidumbres.

Escondida entre libros y con una canción siempre en su cabeza, susurrándola a lo largo del día con la esperanza de echar a volar en el momento menos pensado.

Buscando una 90-60-90 entre alguna de las teclas de la calculadora y un je t’aime entre las cicatrices de sus muñecas.

Entre sus ojeras se escondía la humillación y la soledad, esperando despertar cuando la primera lágrima cayese. O cuando la tinta tocase el folio. Quién sabe…
Solo necesitaba huir, marcharse lejos. A solas. Replantearse su vida una vez más y retornar con esperanzas ¿no?

Era eso o darse por vencida, permitir que todo se desmoronarse. Que ella se alejase, que él se fuese para no volver… que retornasen las pesadillas y las voces en su cabeza. Tenía miedo, quería irse para no volver. Jamás.

Elle veut sortir de son cauchemars.

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