Rêves de Papier et Cauchemars d'Acier.

miércoles, 28 de mayo de 2014

Instantes en el olvido.




-No me dejes caer.

-¿Acaso crees que podría?


Silencio, impregnado en una atmósfera cargada de relámpagos entre los susurros del viento. Sus brazos caídos en sus costados, saboreando la dejadez del tiempo.

Se dejó caer sobre el suelo, de un golpe seco y sórdido. Con las piernas balanceándose al borde del terraplén. El otro chico se sentó a su lado y le tomó de la mano. Ambos se miraron y sonrieron. Qué difícil era alcanzar la felicidad.


-          - Yo a veces también tengo miedo a ser quien soy en realidad. También temo que los demás me juzguen por mi amor, nuestro amor. Pero cuando estoy contigo, como ahora, cuando te miro a los ojos sé que esto es lo correcto. Y no voy a permitir que nadie te haga dudar de ello.


Sus reconfortantes palabras nunca llegaron a llenarle, ni lo más mínimo. Pero aquella pasión que denostaba cada una de sus palabras, la fuerza en sus ojos y el coraje diario de Nathan para enfrentarse a los temores tanto a los propios como a los suyos, consiguió que a pesar de que el cielo estaba encapotado, el día se había vuelto bonito.


Y con ese pensamiento, se acercó a él, tomó su mano y le besó.

Felices, momentáneamente, se levantaron del suelo y se marcharon. Dejando atrás un demonio menos con el que lidiar (espero).


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