Rêves de Papier et Cauchemars d'Acier.

viernes, 6 de septiembre de 2013

Mar.

El sol penetra las murallas de mi piel, adentrándose poco a poco en mi interior hasta llegar a mi corazón. Respiro la brisa marina, trae con ella todas las lágrimas derramadas junto a sus arduos e hirientes recuerdos. Siento como las olas intentan derrumbarme, y lentamente cumplen su objetivo.

Debajo de ellas es como si nada pudiese detenerme, debajo de ellas es como si fuese libre. Tras su inmensidad es como si el mundo no existiera, como si solo estuviésemos ella y yo. Frente a frente, sin que nadie pudiese separarnos. Pero ambas sabemos que no es verdad, sabemos que cuando mi cuerpo no aguante más, todo habrá acabado para mí.

Respiro el etéreo aire mientras mis ojos lloran lágrimas saladas. Lentamente me acerco a la orilla. Noto como la arena recorre mis pies suavemente. Se acerca y aleja produciéndome un reconfortante cosquilleo por todo mi cuerpo.


El sol se ha ocultado dando lugar a la pequeña y delicada luna sobre el oscuro cielo adornado de brillantes estrellas. Una a una iluminan mi cuerpo tumbado sobre las ásperas rocas. El profundo silencio me adormece. La dulce y calmante melodía del mar me acuna lentamente entre sus brazos haciéndome olvidar todos mis problemas y preocupaciones. Porque ella es mi fiel aliada.

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