Rêves de Papier et Cauchemars d'Acier.

sábado, 14 de septiembre de 2013

Enamorada.


Toma la camisa del suelo con cuidado de no dejar caer la toalla que cubre su cuerpo húmedo, cierra los ojos y la acerca a su rostro, puede olerle. Su aroma ha viajado hasta sus fosas nasales y la ha invadido por completo.

Hace de ella un amasijo y la coloca sobre su pecho, no puede evitar dejar escapar un suspiro, ojalá estuviese allí junto a ella, ojalá no la hubiese dejado marchar y aun pudieran seguir tumbados sobre el césped, besando y riendo.

Finalmente lanza la camisa al cesto y se dispone a ponerse su ropa interior, le hubiera gustado volver a ponerse la camisa e irse a dormir con su fragancia masculina, pero no podía, ella no era así, no dependía de nadie. Además, no necesitaba un trozo de tela para recordarle, podía sentirle todavía en sus labios, su mirada, sus brazos protegiéndola…No necesitaba de la camisa.

Se miró al espejo, sus labios estaban hinchados, rojos y un poco cortados, todavía podía atisbarse el pintalabios corrido en su rostro, mordió su labio al recrearlo todo de nuevo en su mente. Esperaba que sus padres no se hubiesen percatado de ello, había subido las escaleras rápidamente y con gran agilidad había entrado al baño a relajarse.


Y ahora no podía dejar de pensar en él… estaba enamorada.

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