Unas con cuerpos perfectos, otras con mentes prodigiosas,
con dotes sorprendentes… y yo, yo tan jodidamente simple.
Piel seca, sonrisa barata y ojeras decorando mi rostro.
Alma rota, corroída junto a una mente despreciadora conforman el complejo
laberinto del caos que llevo en mí.
Nunca suficiente, sin embargo siempre en busca de la
perfección, esa inalcanzable aliada que traería consigo la felicidad eterna.
Trabajando arduamente, sin fin hasta llegar, ¿a dónde? A la cima. ¿De dónde?
Quién sabe, solo he de seguir caminando, sin detener el paso, sin rumbo fijo
para algún día descubrir mi lugar, mi destino y será entonces cuando comience a
escalar hacia lo más alto.
Me caeré, tropezaré, desearé abandonar más de una
vez, sin embargo cuando mis fuerzas flaqueen, cuando desee volver atrás… no lo
haré. No huiré, por mí, por ellos, todos los que me acompañaron durante mi
trayecto, aquellos que me enseñaron valores tan importantes como la amistad, el
amor, la unión… Gracias, gracias por estar ahí, por ayudarme a ser quien soy,
sin vosotros jamás me encontraría donde estoy y no podría continuar mi viaje.
Vosotros sois los escritores del libro de mi vida, yo solamente soy la
protagonista que recorre los senderos manchados de tinta.
Un personaje de libro de segunda mano, con hojas
amarillentas y olor a imprenta, de recursos malgastados y palabras sin
dedicatoria.
Personajes sin caracterizar, sin rasgos ni emociones, con
una máscara sobre sus rostros, esperando unas breves líneas en el acto final.
Personajes tan perecederos como los aleteos de un colibrí.
Una obra inconsistente, sin argumento cierto, con espacio
cambiante y tiempo inconexo. ¿Qué es sino la vida?
Si deseas formar parte de mi obra, he de mencionarte
ciertos aspectos que debieses conocer. Ante todo puedes entrar igual que salir
pero por favor si quieres irte deja todo colocado y no rompas nada, todo lo que
encuentres en el escenario es insustituible. Cierra la puerta tras de ti, no
podemos permitirnos perder nada o a nadie. Hay personajes que no deberían abandonar
jamás los focos.
Si deseas quedarte has de tratar todo con cuidado, con
respeto y ternura. La directora podría enfadarse y acabar con la obra de un
solo movimiento.
Cuando estés ahí arriba, disfruta desde el primer
instante y vívelo como si fuese la última actuación. Hay miles de obras, cada
una es única, esta no podía ser menos.
Quizás debiera seguir enumerando, más considero
suficiente lo anteriormente citado, el resto de normas las aprenderás durante
la convivencia porque espero que te quedes con nosotros muchos años.
Gracias y… ¡bienvenido al teatro de la vida!
No hay comentarios:
Publicar un comentario