Hazme
girar como si no hubiese mañana. Permíteme bailar entre acordes descompasados y
reír hasta desfallecer, porque ya no saldrá el sol.
Ni
volverán las oscuras golondrinas, ni los atardeceres en el Sena. Y todo se
resquebrajará como ocurrió en mis sueños.
Sin
poder evitar el discurrir de las lágrimas (que me prometí nunca derramar) me desplomo ante la
intempestiva soledad.
Las
piezas del puzle no encajan, chocan entre sí, colapsan, porque no consiguen
conformar una bella imagen.
Se
pierden, se esconden, o simplemente nunca vinieron en la caja. Defecto de fabricación.
Y
aun así te quedaste, aunque solo fuese un tiempo, hasta que descubriste que era
un laberinto sin salida, con demasiados sin-respuesta.
Una
muñeca en el viejo desván, acumulando polvo. Con su vestido impoluto y
zapatitos brillantes.
Aquel
juguete al que nadie quiso dar vida…
Un
balón pinchado, un teléfono sin teclas, un parchís sin fichas… Fantasías
extraviadas.
Juega,
rompe, arregla, cuida… vive. Pero no abandones a la suerte, nunca.
Laissez-moi être partie de ton malle de mémoires.
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