Si encuentras esto es porque ya no estoy contigo, es porque
he decidido irme.
No te sientas mal, y no te preguntes por qué, no es tu culpa
y jamás encontrarás respuesta a tu pregunta.
Aunque yo quiera intentarlo escribiéndote
esto.
No voy a volver, no obstante sé que seguiré viviendo en tu
memoria, quisiera pedirte que me olvidaras, que me dejases ser un manchón de
tinta seca en tu memoria y mi nombre saliese de ella, pero sé que no lo harás.
Puede que jamás entiendas lo que hice, yo todavía tampoco lo
comprendo, pero creo que era la mejor solución.
Es agotador levantarse por las mañanas deseando que esa sea
la última. Es doloroso observar como el mundo sigue perfectamente sin ti y como
aquellos que dicen “quererte” se marchan junto a los soplidos del viento
invernal que azota (ba)n mi ventana a altas horas de la noche.
Mirarse las muñecas y revivir segundo a segundo los cortes y
la sangre derramándose por la bañera, ¿eso es vida? Ver la muerte allá donde
vas, allá donde miras, sentir su peso sobre ti… Rompiéndote, resquebrajándote
pedazo a pedazo.
Sé que ahora mismo me estás echando en cara por qué nunca te
dije nada, o a ellos, o simplemente a alguien y permití que todo esto
sucediese.
Creo que di señales, pocas, pero señales, que a veces pudieron
ser avistadas y otras no. Creo que me sumí en mi interior por miedo a
defraudar(os) y causar(os) más problemas. Lo último que siempre he querido ser es
una carga. Y aún lejos, siento que lo soy, porque nunca me marcharé.
Quizás jamás, por más que pasen los años lo entenderás, pero
era mi deber.
Yo no
respiraba aire, respiraba Ansiedad.
Yo no lloraba lágrimas, lloraba Soledad.
Yo ya no tenía
corazón que latiese…yo ya no era nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario